domingo, 15 de agosto de 2010

Las palabras que de mi boca son nombradas van perdiendo el valor y dejo de creer en lo que soy para tí. No puedo tenerte aferrada en las zarzas de mi amor esperando que tú te dejes atrapar. No siempre puedo hacerlo. Hoy tengo ganas de tí, hoy tengo ganas de que vuelvas a ser eso que siempre quise encontrar y que un día hallé en tí, pero las cosas no son fáciles. El silencio a nuestro paso va tomando la forma de sombras de nuestras dudas que se dispersan contínuamente porque ya no les queda sitio en mi mente, abarrotada de cosas de tí. Cosas de tus labios, de tu boca, de tu esencia. Esas cosas en las que me permití no pensar.
¿Has pensado alguna vez en cómo puedo sentirme después de haberlo perdido todo un millón de veces? ¿Te das cuenta de cuántas veces mi pecho ha sido perforado por culpa de las caídas? Yo no puedo dejar pasar por alto que, tal vez dentro de poco, pueda perderte como todo lo demás. Y no es fácil estar pensando en eso todo el rato cuando las horas pasan tan rápidas como mis pequeñas alegrías. Cuando todo está roto, cuando las antiguas brechas se abren y... ya no hay armadura que pueda protegerte. La vida es más que una bomba atómica a punto de estallar en un gran ecatombe, la vida no entiende de treguas, la vida es cruel, es corta y no dejas de maldecirla a cada momento porque no entiendes el porqué de que tú pertenezcas a ella. No entiendes por qué y para qué estás aquí, como yo, yo pienso que no hago ningún bien al mundo respirando el aire que otras personas necesitan. No siempre estoy de acuerdo con formar parte de esto y tú insistes en que es idiota pensar así, pero en realidad no sabes lo complicado que es para mí recordar que ahora permanecemos en una cómoda distancia, y yo sufro por ello. Y sé de veras que tú también.
No somos las encargadas de dirigir nuestro destino porque no hemos sabido evitar que el mundo lo quisiera así, porque alguien rompió esa risa cómplice que solíamos compartir
, y porque ya no quedan minutos en los que buscarnos con la mirada. Todo se ha ido y, aunque sé que volverá, no puedo dejar de pensar en qué será lo siguiente que pierda después de perder el tiempo en el que podía estar contigo. Porque hace mucho que dejé de creer en el amor pero tú, cielo, eres la única excepción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario